martes, 1 de septiembre de 2015

LA IMPORTANCIA DE ADQUIRIR BIEN EL HÁBITO DEL SUEÑO

He elegido este tema como el primero porque me encuentro muchísimos niños con problemas derivados de hábitos mal adquiridos del sueño y/o de escasez de horas de sueño de calidad.
Dormir bien es un hábito que se aprende y los niños deben aprender a hacerlo solos al igual que el resto de los hábitos. Aunque solemos tener claro que queremos que nuestros hijos aprendan a vestirse, a comer, etc, de manera independiente, es curioso como en ocasiones, no pasa lo mismo con el tema del sueño.
En rasgos generales, un niño desde el año hasta los seis años debe dormir de diez a doce horas por la noche y hasta que no finaliza la adolescencia (recordemos que el cerebro todavía está desarrollando su parte prefrontal) no menos de nueve.

 Con sueño de calidad me refiero a que estas horas deben dormirse seguidas, sin despertares nocturnos.
 
Dormir menos de lo suficiente puede hacer que  los niños estén más impacientes o que muestren dificultades de concentración.
A largo plazo, podría derivarse en una falta de defensas puesto que dormir refuerza el sistema inmunitario y podría repercutir tanto en la altura  ya que la hormona de crecimiento se segrega durante el sueño  como  en el peso (los científicos empiezan a relacionarlo con la obesidad).
El hábito de dormir, como todos los hábitos, se asocian a elementos externos (un mismo lugar, un horario, etc) y se adquieren a base de rutinas que facilitan el aprendizaje y les dan seguridad.
Las rutinas previas antes de ir a la cama deben ayudar a relajarse. Es importante crear un ambiente sosegado, siendo recomendable que se apague la tv y las consolas y se sustituyan por juegos o actividades tranquilas como puede ser la lectura de un cuento.
Dormir bien es esencial para consolidar nuevos aprendizajes. Si para un adulto dormir bien es indispensable para rendir en el día, con más razón es para los niños que están en pleno desarrollo.
Me despido con una frase que siempre digo a las familias:
"Un niño que no duerme bien no es un niño cansado, es un niño ansioso".
  
Espero que os haya parecido interesante. Más adelante volveré al tema con casos concretos y con otros relacionados como la siesta, trastornos específicos del sueño, etc.
Un saludo. Hasta pronto.

4 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo Lucía, adquirir un correcto hábito del sueño es indispensable y, lamentablemente, somos los padres los que muchas veces favorecemos malas costumbres. Esperamos tu próximo tema. Un saludo!

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    1. Recuerda que la culpabilidad es muy poco práctica. Si te has interesado por este artículo es porque te preocupas por mejorar y eso es lo importante. Cuando sabemos el porqué de las cosas a veces nos equivocamos pero siempre lo haremos mejor que cuando lo desconocíamos. Gracias por participar. Un saludo

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  2. Qué importante es lo de crear un clima sosegado antes de dormir, y, sobre todo, la lectura de un cuento. Esta costumbre creo que se está perdiendo. y cuando somos ya algo mayores uno de los recuerdos que más perduran de nuestra infancia son la de aquellos cuentos que nos leían y nos dejaban plácidamente dormidos.

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    1. Efectivamente los beneficios de la lectura de cuentos son múltiples. Además de entretenerles les aporta seguridad y tranquilidad para dormir mejor. Un día escribiré sobre este tema porque lo merece. Gracias por tu aportación. Un saludo

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